Una Europa diferente (Gastkommentar El Pais)

Europa ha cambiado. Desde que Rusia invadió Ucrania el 24 de febrero, nada será igual. Quizá sea pronto para captar toda la trascendencia de esta nueva génesis, pero algunos componentes ya se vislumbran. Diez elementos destacan en este cambio histórico:

  1. La mayor parte de los observadores y muchos de los actores políticos se han quedado sorprendidos de la determinación europea para responder a Rusia. Comparada con las actuaciones en crisis anteriores, la toma de decisiones de la Unión Europa hasta ahora ha sido rápida, decidida y unida. La dimensión del desafío actual es tal que requiere medidas de alcance y sanciones económicas sin precedentes. La guerra de Putin contra Ucrania obviamente forjó una unidad a 27 que sin la pertenencia común al proyecto de integración hubiera sido imposible.
  2. La primacía de la política sobre la economía ha quedado patente. La paz tiene un coste. Distintas oleadas de sanciones han sido adoptadas contra Rusia y las empresas han respondido retirándose gradualmente del territorio ruso. La UE y sus estados miembros tendrán que hacer frente a los costes humanitarios, sociales y económicos de la guerra. Acelerarán la reducción de la dependencia europea de las energías fósiles mientras quedan en un segundo plano las cuestiones internas de financiación, incluyendo la reforma de las reglas fiscales que estaba programada para después de la pandemia.
  3. Se ha demostrado que la interdependencia económica no necesariamente lleva a un cambio político. Las relaciones comerciales con Rusia no democratizaron a dicho país. Muy al contrario, Moscú usó su nuevo poder económico para dañar los valores europeos y debilitar las democracias. La UE aprendió de sus errones (más vale tarde que nunca) y ahora está decidida a ser más asertiva, independiente y resistente mediante la innovación, la diversificación, la regionalización y la búsqueda de nuevos aliados y mercados.
  4. ¿Es Europa un gigante económico, pero un enano político? ¡Ya no! Su proyección geoestratégica se está forjando y los agitadores que quisieran imitar la agresión rusa, algunos de ellos en los Balcanes, debieran de tomar nota. Las solicitudes de adhesión de Ucrania, Georgia y Moldavia y la falta de la solidaridad europea de Serbia llevarán a la Unión a reconsiderar sus políticas de vecindad y ampliación.
  5. La guerra lleva a Europa a un nuevo rearme. Alemania vive un cambio histórico suministrando armas a Ucrania, facilitando un fondo de 100.000 millones de euros a su Ejército y subiendo el gasto militar al 2% de su PIB. El ataque ruso no sólo sepultó el pacifismo alemán y acercó a Suecia y Finlandia a la OTAN, sino que, después de décadas de beneficiarse de los dividendos de la paz, todos los demás países europeos, incluyendo los neutrales Irlanda y Austria, les seguirán el paso.
  6. Es la primera vez en su historia que la UE financia armas defensivas y equipamiento para las Fuerzas Armadas de otro país. La base legal siendo el fondo europeo de la paz que sirve para prevenir conflictos, preservar la paz y reforzar la estabilidad internacional y que fue adoptado en 2021.
  7. La solidaridad europea adquiere más importancia que nunca. Para países como Polonia o la República Checa, el verdadero peligro a su soberanía nacional ya no se originará en Bruselas, sino más bien en Moscú. Presuntas intromisiones europeas a sus asuntos nacionales ahora palidecen ante el actual peligro ruso. Los retos a la seguridad, la ayuda humanitaria y el coste económico se repartirán a partes iguales entre los socios europeos. Por otro lado, en la parte occidental de Europa también se están modificando algunos de los estereotipos al ver cómo el este de la UE da la bienvenida a millones de refugiados.
  8. La tolerancia europea encuentra sus líneas rojas. Tras años debilitando a las democracias liberales, la lucha contra la información falsa da un paso audaz prohibiendo la propaganda rusa en la televisión europea. Queda por salvaguardar la prensa independiente dentro de algunos países europeos, cuyos gobiernos hacen lo imposible para controlarla.
  9. Las líneas europeas del diálogo siempre siguen abiertas. Cuando ya casi no queda esperanza algunos líderes nacionales, entre ellos Emmanuel Macron, Olaf Scholz y el presidente finlandés Sauli Niinistö siguen dialogando con Vladimir Putin para intentar evitar otra escalada del conflicto y tratar de aprovechar cualquier posibilidad de conseguir un alto el fuego y facilitar una solución pacífica.
  10. La guerra de Putin en Ucrania es un punto de inflexión para Europa y no habrá vuelta atrás. Rusia quedará aislada a nivel internacional por muchos años mientras Europa acelera su transformación verde y digital, incrementa su resiliencia y defiende sus valores, sus intereses y el atractivo de su modelo de vida.

En poco más de un mes, Putin ha conseguido lo que menos deseaba, es decir, la unión de Europa frente a nuevas adversidades que sustituyen rápidamente a viejas certezas. Para superarlas necesitará fuerza, resistencia y sobre todo mucha solidaridad.

 

 

Paul Schmidt